miércoles, 24 de enero de 2018

El turno de la vengadora

A todo riesgo: Memorias airadas de una PretenderA todo riesgo: Memorias airadas de una Pretender by Chrissie Hynde
My rating: 4 of 5 stars

Si uno es fanático de Pretenders, muchas de las cosas que cuenta Chrissie Hynde en “A todo riesgo” no llegan a sorprender; sorprende lo que ella dice sobre esas cosas. El libro empieza con su infancia y termina con la muerte de Jimmy Honeyman-Scott y Pete Farndon, guitarrista y bajista del grupo, por sendas sobredosis.

En el ínterin Hynde narra sin mucho entusiasmo suceso tras suceso hasta que el libro despega justo cuando la banda es creada y empiezan a tocar; en ese punto la lectura atrapa. Antes de esto, puede resultar cansino enterarse de las aventuras sexuales, etílicas y farmacéuticas de Hynde —aunque, como apunto más adelante, otros son los tópicos que van amarrados en la primera parte del libro—. Excepto porque la pluma se le da naturalmente y consigue entretener a pesar de repetir ciertas anécdotas una y otra vez aunque con distintos protagonistas.

Además, guiño para fans, casi cada capítulo del libro brinda claves para entender sus canciones: Precious, Kid, Brass in Pocket, The Wait, Tattoed Love Boys… sobre este último tema giró la controversia que alimentó varias páginas de tabloides. Hynde se asume responsable de los abusos sexuales que sufrió a lo largo de su juventud por andar colocada, bebida o simplemente por estar en compañía de hombres peligrosos. Esto es algo por lo cual las feministas cargaron contra ella aunque, a diferencia de otros casos, no hubo disculpas sino más bien una defensa del argumento por parte de la autora. Total, es Chrissie Hynde y sanseacabó.

Lo que sí queda clarísimo es que Hynde y Pretenders casi se van por el caño a causa de las drogas, en un mundo en el cual ser artista de rock iba o va de la mano con el desbande de sexo y drogas. Hynde lo cuenta todo con mucha objetividad… asumo que ella firmaría encantada de la vida el manifiesto de las francesas contra el #MeToo, porque su capacidad de resiliencia para superar los abusos sexuales y el haber tocado fondo con las drogas sirve como argumento para reivindicar que una mujer puede ser víctima sin necesidad de tragarse los colaterales —que ser víctima es una circunstancia y no una constante de vida—.

Pero hay más en “A todo riesgo”. La parte que no es sobre Pretenders es un retrato de Akron, Cleveland y EEUU bastante descarnado, con reseñas de acontecimientos políticos propios de los sesenta y setenta —Vietnam—, revueltas estudiantiles con muertos incluidos —algunos cercanos a ella—, tensión racial y de clase —es la época cumbre de los Black Panters—, misoginia y homofobia de los cuales Hynde plantea retratos puntuales. Con esto se confirma la teoría de que una autobiografía solo es digna de ser leída cuando sirve de retrato, por extensión, de las raíces y del contexto físico, social y cultural de la persona convertida en personaje. Una suerte de ecología o antropología del rock.

Y lo mismo hace cuando aborda París o Londres. Particularmente, el ambiente punk está tan bien descrito que casi se pueden oler las pocilgas y los tragos.

El retrato psicológico que hace Hynde de sí misma también es aceptable: muestra su mal carácter y su irreverencia mientras que, por otro lado, siente tal respeto —¿miedo?— por sus padres que les oculta el 90% de las cosas que va viviendo. Además, claro, de la paradoja de haber vivido tan libre siendo a la vez tan conservadora. En fin, un ser humano contradictorio, como todos nosotros.

Demás está decir que el libro está PLAGADO de nombres de famosos que formaron parte de su entorno: Ray Davis, Stevie Nicks, Iggy Pop, David Bowie, los Sex Pistols, Siouxie, Joan Jett, UB40, The Clash, Lemmy de Motörhead y muchos más pueblan las páginas alimentando diversas anécdotas. También cabe mencionar que esta es una clase maestra de cómo formar una banda de rock, de cómo sobrevivir a las drogas… hasta de cómo grabar un álbum, manejar una gira, realizar un concierto… hay de todo en este manual del pop rock.

Lo más interesante, para mí, es el “retrato femenino” de Hynde quien, sin darse cuenta e incluso a pesar suyo, resulta ser un alegato feminista, una especie de “cómo ser mujer y no morir en el intento”. Porque si bien queda claro que una estrella de rock no nace sino se hace, con mucha más razón una estrella de rock mujer. La especificidad de esta autobiografía es esa: la ecuación formada entre la mujer, la sociedad, los choques culturales y la cuesta arriba que resulta vivir a pesar de uno mismo.


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