jueves, 23 de junio de 2016

Literatura indie...genista: comentando las Aves sin nido

Aves sin nido (1889)
Clorinda Matto de Turner
(1852-1909)

Disponible en la Biblioteca Ayacucho.
Aquí hay una versión con menos MB, como para iPad.

Versión de la Biblioteca Ayacucho.
Romántica hasta el tuétano, Matto de Turner escribió y publicó esta, su primera novela, en 1889. Ella ya tenía cierto renombre en los círculos literarios y se aventuró con este libro que le valió la excomunión y el exilio, por meterse con los intocables de siempre: la iglesia, los políticos y los poderosos. Y conste que ella no supo de los abusos sexuales a los que son sometidos cientos de miles de niños alrededor del mundo en garras de sacerdotes pedófilos, y que tampoco conoció las cimas de la corrupción aprista y fujimorista... Para darle una medida justa, habría que contextualizar la obra en el lugar y el tiempo adecuados.


Perú era lo que sigue siendo, una república oligárquica donde la población indígena, serrana y de la selva, son la última rueda del coche, y donde la inequidad campea de la mano de la corrupción y del opio producido por el catolicismo. La de Matto de Turner fue una de las primeras voces que se levantaron contra esta realidad, por lo menos en la literatura nacional. Doble punto bonus por tratarse de una mujer, y otro doble punto bonus porque, pese a pertenecer a cierta clase socioeconómica, no se apelmazó (tan) cómodamente en ella. Con esta explicación, sabremos perdonarle las mil y una ingenuidades en que incurre tanto su prosa como el enfoque de su mirada.

Paternalista al extremo, simplista a quemarropa, involuntariamente racista y conservadora a su (peligrosa) manera, el abordaje del "problema del indio" por parte de la autora, en el marco del argumento que propone, nos explica por qué el Perú es un cadáver que sigue muriendo: se trata de una cuestión de (in)sensibilidades y verticalidades cojudas, con perdón del griego clásico. El principal aporte, a pesar de todo lo antes señalado, es la calateada que le da a la doble moral de los funcionarios del gobierno, así como a la corrupción política aliada a la iglesia. Desliza en las primeras páginas los mecanismos de explotación económica a los que son sometidos los indios, con tal lujo de detalles que esos párrafos dedicados a la recolección y reparto de lana de alpaca deberían más bien componer una sétima estrofa de nuestro himno.

Portada de Ed. Stockcero, 2004.
La historia va de drama en drama sin perder de vista la moraleja social, lo que a un lector del siglo XXI podría parecerle insoportable (a uno que no consuma literatura chatarra, claro está): de la desgracia de los Yupanqui a la inmaculada buena voluntad de los Marín, que supone en Lucía un alter ego de la autora, o más bien del ideal de autora que propone (si nos ponemos foucaultnianos); de los desagradables modales y costumbres de personajes como Sebastián Pancorvo, Esteban o el padre Pascual Vargas a la pulcritud moral, ética y estética de, nuevamente, los Marín. Todo esto sobrevuela la ingenuidad y bondad que albergan en su corazón los indios, caricaturizados a medio camino entre el buen salvaje de la antropología decimonónica y el Colmillo Blanco de Jack London: domesticables y por ende rescatables mediante la educación (occidental, claro está) y el "amor" (?). En el camino quedan la podredumbre moral de los políticos, la cual organiza el primer punto de quiebre del relato, y la podredumbre eclesiástica, que sostiene toda la historia y le da razón de ser.

Resumen (con espoileada) del argumento: Margarita Yupanqui y su hermana quedan huérfanas por culpa de una componenda entre el párroco del pueblo y el gobernador Pancorvo, al defender sus padres con su propia vida a los Marín, sus protectores y, desde entonces, padres adoptivos de aquellas. Para dejar esta historia atrás y pensando en el bienestar de las niñas Yupanqui, deciden ir a Lima, prototipo de ciudad perfecta, e incluyen en el viaje a Manuel, hijo de Sebastián Pancorvo, quien brindó ayuda desinteresada a los Marín y, además, ama a Margarita Yupanqui y pretende casarse con ella en la capital. Los planes de la pareja, además de verse dificultados por ser el novio hijo del asesino de los padres de la pretendida, encontrarán un obstáculo insalvable en las deleznables acciones que perpetrara años atrás Pedro Miranda y Claros, obispo de Kíllac (ciudad ficticia de la sierra peruana dónde transcurren los hechos, y que supuestamente es Tinta, Cusco), contra las familias Pancorvo y Yupanqui, específicamente contra sus mujeres.

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SPOILER CON COMENTARIO MORALMENTE CONTROVERSIAL =>
Los novios son, en realidad, hermanos de padre y la novela aquí termina sin más detalle porque, obviamente, en el siglo XIX pesaban mucho más los mitos en torno a la sangre y el incesto, que están un poco más relajados actualmente y, quién sabe, algún día podamos pasar de ellos. 
<=SPOILER END.
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Sería injusto y cruel, además de poco inteligente, juzgar "Aves sin nido" desde la distancia de casi 150 años que nos separa de la novela, con todo lo que se ha escrito desde entonces y con lo que hemos "avanzado" en la lucha contra el racismo y la discriminación. La novela se deja leer y aporta lo suficiente como para dejar de lado lo criticable. No es una gran novela y seguro tampoco lo fue en su época, aunque se nos diga que es fundadora del indigenismo literario, algo que parece cuestionable (salvo que revisitemos oooooootra vez qué fue el indigenismo, lo que ya se ha hecho repetidas veces desde la academia sin llegar a conclusiones de peso).

Peca de ingenua Matto de Turner en fondo y forma (algunos diálogos funcionarían mejor como libreto de ópera) pero no es insoportable y, más bien, produce un texto ágil y agradable; tal vez demasiado ligerito por momentos. No tienes la obligación de bancártela si no eres peruano. Y, finalmente, la intención de la autora de estereotipar costumbres buenas y reprobables, y de denunciar la explotación de los indios, el abuso de los poderosos y la incapacidad de los religiosos, está tan servida como vigente.

Clorinda Matto de Turner. Fuente: Wikipedia.

Nuevamente, disponible en la Biblioteca Ayacucho.
Y otra vez, versión con menos MB, como para iPad.

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